Caja de cerillas (5)
Tras cansarse de esperar decidió dar una vuelta por las calles, salió del piso maldiciendo al cerdo de turno forrado, aún era temprano para ir a ver a Miguelito, se acordó de lo sucedido esa noche y caminaba por las calles con sombra buscando a María, en un sitio donde se pudieran decir algo más que un saludo. Su vecina joven, de nariz aguileña y pelo largo, castaño y liso; en el día era dependienta de unos grandes almacenes, por la noche se codeaba, ahora que su cuerpo y su edad se lo permitían, con gente bien acomodada, entre horas se divertía con Andrés, sus drogas y sus chanchullos. Tenía un hermano trabajando en el puerto que si se enteraba de cuando llegaba un barco con regalitos, lo chivaba a la benemérita, éstos siendo agradecidos siempre ponían en el informe un poco menos de la cantidad original incautada. El poco menos iba a parar al hermano, y claro, siempre le caía alguna cosa a la guapa de María.
- ¿Ya se ha levantado el señorito? - A la vez que le daba un beso corto en los labios.
- ¿Tu estabas anoche no?... en aquella terraza… - El tono era de intriga, aunque intentaba por sus gestos que fuera despreocupado
- A parte de tirarme un vaso por encima y librarme de un moscón cincuentón… - Se quedó pensando, con duda, mientras ya caminaban otra vez - ah sí, te vi hablando con Luís y luego os fuisteis, desaparecisteis… y a mi que me apetecía anoche… - y se puso a reír a carcajada limpia
- No seas calienta pollas niña que podría ser tu padre - En voz contunde, hasta enfadado como si le hubiera herido, aunque en realidad bien que le apetecía.
- Si, claro, claro - le lanzo una mirada que desmantelaba toda su mentira - bueno, luego ¿Qué hiciste?
- No lo sé, me he despertado con el éter, me acuerdo de la terraza, de tirarte el vaso, pero no de lo que hice con Luís, mierda puta
- Estas para el arrastre…
- Pero… ¿No me querías follar? - Replicó Andrés con ironía.
- Si pero estas para el arrastre. Por cierto mi hermanito me ha llamado, mañana viene algo gordo, ¡¡¡los reyes magos!!!
- ¿Si? Esta bien eso… el Miguelito y yo hemos hecho una chapucilla…
- ¿Qué habéis robado cabrones?
- Un cochecito, un descapotable a un pringado que iba de putas por primera vez en su vida, un desgraciado… luego lloraba como un niño al darse cuenta - no se sentía mal, no se sentía culpable
María se detuvo, dejo la bolsa que llevaba de plástico en el suelo y se echo a reír como una loca, Andrés la miraba desconcertado y le estaba empezando a molestar que la gente se les quedara mirando.
- Le envíe yo - y continúo riéndose.
- ¿Cómo?

1 Interesados:
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Es la entrega que más me ha gustado :)
Interesa a Pat Robles, que se paseaba por aquí a las 1:54 a. m.