Helado
Caminaba por la calle con pasos rápidos. Qué calor. Se sentó debajo de un árbol en la plaza del pueblo, donde siguió leyendo un rato. Alguien le tapó la hoja del libro.
"Hola"
"Hola"
"¿Cuántos años tienes?"
"20"
"Yo tengo 25"
"No te lo he preguntado"
"Eres muy borde para la cara tan bonita que tienes"
"Déjame en paz"
"¿Qué te pasa? ¿No quieres hablar conmigo?"
"No quiero hablar con nadie"
"Pues no te vas a librar de mí tan fácilmente, niña... ¿quieres un helado?"
Cristina se lo piensa. Pero poco.
"Sí"
El chico camina hasta el kiosko de los helados y compra un bombón. Vuelve. Se lo da.
"Gracias"
"No hay de qué"
Silencio. Ella muerde la nata. Él se ríe.
"Lámelo"
Ella lo lame. Él la mira con ojos brillantes. Se humedece los labios y le dice:
"Vente conmigo a mi casa. Podemos ver una peli"
Cristina se ríe.
"No soy tonta. De pelis nada."
"Bueno, pues de pelis nada..."
Ella se ríe a carcajadas.
Y, aún con el helado en la mano, le sigue.

1 Interesados:
-
Alguien que lee a Laforet, no se ve en el espejo y responde de forma borde no puede ser nunca tonta y menos para ver peliculas jejeje
Interesa a Casshern25, que se paseaba por aquí a las 1:24 a. m.
Intrigado por el futuro de Cristina